domingo, 16 de diciembre de 2012

Un gñee inesperado

El viernes fue el gran día. Después de años de rumores, habladurías, noticias más o menos fidedignas, anuncios oficiales, tráilers y demás, por fin se estrenaba la primera parte de El Hobbit. No las tenía todas conmigo, pero evidentemente no podía seguir con mi vida sin verla. Y, como ya había hablado de ella varias veces por aquí (¿la primera, en abril de 2008? Uf), no me queda más remedio que escribir una crítica.


No me temía un truño, pero sí que no fuera nada especial, y al final esa es la sensación que me dejó. Desde luego, es una película muy entretenida, que no se hace larga para nada a pesar de sus casi tres horas de duración. Pasará a la historia por el tema de las 48 fps, que es ciertamente un dato muy importante, pero a fin de cuentas secundario dentro de la película en sí. Por desgracia, tiene demasiados problemas como para funcionar como algo más que entretenimiento de lo más ordinario, por mucho que, por la temática, me gustase.

La película empieza contando la historia del reino enano de Erebor, la llegada de Smaug, la destrucción de Valle y el exilio del pueblo de Durin, un poco como La comunidad del Anillo empezaba con la Guerra de la Última Alianza, presentando un poco de esa profundidad histórica que es uno de los puntos fuertes de la obra de Tolkien y que, si bien estaba relativamente ausente de El Hobbit cuando se editó en 1937, el autor se encargó de desarrollar durante la escritura de los Apéndices de El Señor de los Anillos. Desde el principio del proyecto se suponía que ese material extra era lo que iba a dar para convertir El Hobbit en dos películas (más tarde, en tres), lo que permitía suponer que se trataría la mitología tolkieniana en condiciones. Al final no ha sido así. Realmente, Jackson no incorpora apenas escenas de esos nexos escritos por Tolkien años después, sino que utiliza personajes y situaciones para imaginar sus propias escenas. Por supuesto, esto no tendría por qué ser un problema para la película tomada como obra independiente, pero tiene sus consecuencias.

Y es que, en ciertos aspectos, Un viaje inesperado es incongruente con el mundo tolkieniano y con la trilogía original. Chirría. La misión da la impresión de ser un tema menor, con enemigos tipo «jefe final» sacados de la manga para hacer que la división artificial en tres películas funcione. Lo que en El Señor de los Anillos era un enfrentamiento directo contra el Mal personificado del que dependía el destino de la humanidad, aquí se presenta como una aventurilla de poca monta con villanos de serie B (Azog, ese orco sacado de Planet Terror; el Nigromante, al que Saruman toma como «algún mortal tonteando con magia negra (?)»). Por supuesto, esa misión de poca monta es justo lo que se ve en el libro, donde el tema del Nigromante apenas se atisba de vez en cuando y no se dice gran cosa del Concilio Blanco; pero no es lo que aparece en la mencionada contextualización de El Hobbit que Tolkien escribió para los Apéndices

Mientras, en Lórien, Celeborn recuerda a su señora esposa y pide que le suban concubinas al árbol

A Tolkien no le convencía el tono de El Hobbit, excesivamente infantil, y dedicó bastantes esfuerzos a armonizar ese libro con su visión posterior. Jackson toma esas escenas con las que Tolkien introdujo El Hobbit en su mitología, pero les quita su significado: el papel del Concilio Blanco es nimio y no saben qué es el Nigromante; de hecho, no parecen saber gran cosa. Se contrae la cronología de forma que ya no tratamos con hechos que llevan siglos produciéndose y de los que el Concilio Blanco lleva mucho tiempo ocupándose, sino con problemas que surgen de un día para otro, con «monstruos de la semana» para que se resuelvan en el episodio de hoy de Scooby Doo. Apenas hay una mención sobre lo que pasaría si Smaug se aliara con Sauron, que es la base de todo El Hobbit en la mitología revisada. No me cabe duda de que, en la próxima película, el verdadero papel del Nigromante y los nexos con El Señor de los Anillos se revelarán, pero en Un viaje inesperado la sensación que me queda es de un asunto... cutre, vaya. De momento, Jackson usa la mitología adicional, con especial mención para el Concilio Blanco, más como relleno que como elementos interesantes en sí mismos, lo que me parece una auténtica lástima y hace que dude todavía más de que la división en tres películas dé para una buena trilogía: haciendo un buen uso del material adicional sería difícil; sin hacerlo, parece casi imposible.

Una consecuencia de esta trilogía artificial es la necesidad de que cada una de las partes tuviera su «jefe final». Si en La comunidad del Anillo ese papel recaía en el tal Lurtz, esta vez lo desempeña Azog. Hay que especificar que Azog no es inventado, pero casi. En la versión original y muy superior de la muerte de Thrór, el abuelo de Thorin, este fue a Moria acompañado de un único sirviente, y allí fue decapitado por Azog, que dejó marchar al otro enano para que dejara claro que Moria les pertenecía a los orcos. Así se desencadenó la larga guerra de la que en Un viaje inesperado sólo vemos la batalla culminante, Azanulbizar, en la que Azog muere. Y ya. No vuelve como un cyborg, ni con un huargo albino.

Orc Nieve, aquí sin Fantasma

Lo más importante es que no se convierte en un personaje caricaturesco y de plástico como el Azog de la película. En serio, ¿soy al único al que le parece falsísimo? Todos los orcos en general, la verdad. Encima parecen mucho más monstruosos y todavía menos «civilizados» que en El Señor de los Anillos, lo que para mí no es una mejora. La caracterización no me gusta y parece que beba más de Warcraft que de Tolkien. Especialmente sangrante es el caso de los orcos de las cuevas, comúnmente llamados trasgos tanto en el libro como en la película. ¿Su aspecto tiene algún propósito que no sea el de causar risa? ¿Por qué usan un mensajero en una cesta que parece un tarsero filipino?

Orcos, al parecer

El ejemplo extremo es el Rey Trasgo. Mientras todos los otros orcos hablan con voces rasgadas y bestiales, el Rey Trasgo tiene una dicción exquisita y hace chistes inapropiados como si estuviera en una película de acción hollywoodiense. Y además parece el hijo ilegítimo de Jabba el Hutt y el rey de los Gungans. ¿Por qué? ¿¡Por qué!? Muy simple: porque Un viaje inesperado tiene problemas serios con el tono.

El libro empieza como un cuento infantil y va alcanzando cotas más elevadas según avanza, de modo que muy hacia el final el tono no es tan distinto al de El Señor de los Anillos. Jackson, por su parte, no parece tener muy claro qué hacer. En este sentido, la película podría dividirse en dos partes. El primer tercio o primera mitad aproximadamente funciona muy bien, adapta el tono del original lo justo y tiene altas dosis de comedia sin menoscabar la dignidad de la historia. Es divertida, entretenida, absorbente. Logra diferenciar a los enanos y dotarlos de personalidad propia (al menos a la mayoría de ellos). Los efectos especiales no distraen y Jackson no abusa de ellos. Esto tiene mucho mérito, ya que el libro en esta parte es muy infantil, algo de lo que como ya he dicho el mismo Tolkien se arrepintió. Un ejemplo insignificante pero esclarecedor es la escena en la que Gandalf le cuenta a Bilbo la historia de Toro Bramador, la Batalla de los Campos Verdes y la invención del golf. «Eso último te lo has inventado», dice Bilbo. «Bueno, las historias hay que adornarlas un poco», responde el mago. Una escena mucho más difícil de tratar, pero en la que el resultado es notable, es la de los trolls que capturan al hobbit y a los enanos.

Según avanza la película, el tono va evolucionando y haciéndose más adulto, igual que en el libro... pero con recaídas que chocan. En escenas más serias como las de las cuevas de los trasgos, en las que en el libro no había prácticamente atisbos de comedia (no considero como tal las canciones de los orcos), a Jackson se le va de las manos y combina de mala manera la supuesta seriedad del peligro al que se enfrentan los enanos y de las amenazas con ser entregados a Azog, con las bufonerías del Rey Trasgo y los suyos. Sinceramente, me parece comedia mal entendida, tan del gusto del cine comercial, y de la que Jackson ya hizo gala en El Señor de los Anillos, para escarnio del pobre Gimli.

Esto sí que eran orcos de las Montañas Nubladas decentes

Sin embargo, siendo para mí una falta seria, no es el problema más grave de la segunda parte de la película, que podríamos decir que empieza más o menos con la aproximación a Rivendel. Lo peor es la dependencia brutal de los efectos especiales generados por ordenador. Aunque los trasgos de las cuevas son bastante ridículos, lo que estropea el conjunto no es el tono, sino la larga escena de persecución que consiste simplemente en una sobredosis de efectos especiales que acaba saturando. Jackson no los usa como una herramienta para contar la historia, sino que los convierte en el centro de su obra. En esta segunda parte, desde el encuentro con Radagast en su trineo, pasando por la pelea entre los gigantes de las Montañas Nubladas y la huida de las cuevas de los trasgos, se desata una orgía de fantasmadas, planos rápidos, supuestamente espectaculares e imposibles que no aportan gran cosa, que ya hemos visto todos y para los que yo al menos estoy bastante insensibilizado: no hacen más que recordarme que lo que estoy viendo no es real, sino el trabajo (meritorio, por supuesto) del equipo de animación. Paradójicamente, ni siquiera me pareció que los efectos especiales estuvieran más logrados que en la trilogía original, hace 10 años; más bien lo contrario.

Incluso en esta segunda parte de la película, cuando Jackson pone los efectos especiales al servicio de la historia o se concentra en trabajar con sus actores, la cosa gana mucho. La escena de Gollum y los acertijos, por ejemplo, me parece perfecta, y otro muy buen ejemplo de cómo Jackson a veces sí consigue dar con el tono justo entre el original, más infantil, y el de El Señor de los Anillos. Por eso es una pena que al final lo fíe casi todo a los efectos especiales. La tecnología avanza y llegará un tiempo en que la gente mire El Hobbit sin que las escenas de acción hechas por ordenador les parezcan nada del otro mundo, y entonces verán que, a fin de cuentas, es una película bastante vacía, un ejercicio a veces puramente visual. Por el contrario, la escena de Gollum no perderá el encanto por muy anticuada que se quede la tecnología, ya que siempre quedará todo lo demás. Los enanos, actores reales con prótesis y maquillaje, son mucho más creíbles que todos los orcos generados por ordenador (orcos de plástico y caricaturas, como ya he dejado caer). Esa orgía de efectos especiales, esa vacuidad, es el verdadero problema de Un viaje inesperado, aunque como friki que soy haya empezado hablando de las desviaciones respecto al universo tolkieniano. El resultado es una buena película sin más, entretenimiento puro para una tarde, y una oportunidad perdida.

No, venga, todo lo anterior era broma: el único problema es que Thranduil monta un puto venado.

6 comentarios:

Virginia dijo...

larga no se te haría a ti, bonito, que eres un friki experimentado.
y el rey trasgo se sale :D

Rober dijo...

Eso sería porque estarías pensando en ir al baño cuando acabase o algo.

Lo del Rey Trasgo es mentira. MENTIRAAA.

Hanoc dijo...

a mi la caracterización del rey trasgo me gusta. Vale que yo soy mucho más benévolo que tu, creo. Por la caracterización creo que ha hecho un ciclo. Creo que bebe mucho de Magic que a su vez bebia del SdlA así que me parece bien que se copien todos unos a otros. También es un calco de magic lo de los elfos en ciervos (que también me gusta). http://magiccards.info/query?q=t%3A%22elf+knight%22&v=card&s=cname ahora no encuentro un ejemplo mejor, pero creo que los hay mejores. Lo que si me parece INTOLERABLE son las bromitas de un rey troll moribundo (y todo su dialogo de hecho) Por diós! se está muriendo, que coño le hace gracia?
Intolerable tambien la jarjarbinsación de Radagast (radagast es una maldita fuerza de la naturaleza, joder) y en general un exceso de humor cuando los enanos y trolls ya aportaban suficiente (bien por ellos).
Y aparte de eso, odio ver una peli en dos dé y pasarme el rato diciendo "esta escena la han hecho solo para los que ven la peli en tresdé". Odio más aun ver pelis en tresdé, así que...

Arbe dijo...

Robb, ya sabes que estoy de acuerdo contigo en casi todo (and you should have credit me for the Orc Snow and Ghost theme show and ya know it, bitch :P). Jackson nos ha dado una de cal y otra de arena... No somos los únicos que pensamos así, poniendo el principio de la peli y la escena con Gollum en lo mejorcito y a la trasgoadventure en lo peorsito que ha parío el Piter (aunque yo me reí cuando apareció el bichillo ese feo de escriba JAJAJAJA), pero es que no me cabe en la cabeza que la mayoría de críticas estén siendo tan positivas (Filmaffinity, ve a ver). La mayoría excusa los "adornos" como los excusa Gandalf en su conversación con Bilbo. El problema es que a mí también me encanta la Tierra Media, pero si te llega a empachar es que alguien la está cagando mucho, ¿no?
Totalmente de acuerdo en los planos aéreos, todo lo del CGI en lso orcos y demás... Para mí, eso es lo que asfixia la película, poner la tecnología como el fin, no el medio. Lo bueno: que no siempre es así, ¡y eso es mucho decir hoy en día! Yo iré a ver la segunda porque quiero ver y sobre todo oír al puto Smaug, seh.
Y deberías pasarte por el tag de tumblr de Thranduil y descojonarte con algunas cosas:
http://www.tumblr.com/tagged/thranduil

pd: he publicitado tu crítica en twitter porque sí! ^___^
pd2: ahora me gusta más Fili porque se parece a Astérix :D

Alejandra dijo...

Bueno, yo me he quedado flipando con tu primerísima entrada sobre este tema. ¿Guillermo del Toro? Entschuldigung?

En otro orden de cosas, y aunque mis conocimientos sobre el tema se limitan a haber leído el libro y a haber disfrutado con él, suscribo tus opiniones más sencillas (es decir, las que alcanzo a entender). Eso sí, a mí sí que me pareció excesivamente larga. Ten en cuenta que a una media de 3 horas por película hacen un total de 9 horas. Es decir, no mucho menos del tiempo en el que puedes leerte el libro. ¿Era necesaria tanta vuelta?

Os paso un par de enlaces. Uno, sobre la tan manida discusión de 3D VO, 2D, 48 fps, 2D VO, HD, dajhgfnc,... ¬¬
El otro son un par de críticas: una positiva y otra negativa:

http://www.fotogramas.es/Peliculas/El-Hobbit-Un-viaje-inesperado/Critica

http://mr-belvedere.blogs.fotogramas.es/2012/12/19/hobbit-en-2d-en-3d-a-24-o-a-48/

Ah, y comparto. :)

Rober dijo...

Hanoc: tienes razón, es muy Magic. Yo creo que a Tolkien no le habría hecho mucha gracia lo del ciervo, porque remite un poco a los elfos de los cuentos de hadas tradicionales, que para él era una bastardización del concepto. A mí Radagast no me pareció mal. Está muy exagerado, pero que me pareció que funciona (eso sí, ¡me he reído con lo de la jarjarbinsación!). Y en lo de las escenas pensadas para el 3D, completamente de acuerdo. Radagast en el trineo, por ejemplo. Si es que queda cutre, joder. Cuando a alguien le dé por usar el 3D con fines artísticos...

Arbe: jaja, cierto, lo de Fantasma es tuyo y que lo sepa todo el mundo. Lo de las críticas es que no sé hasta qué punto son independientes. En páginas tipo imdb hay mucho fanboy regalando dieces, y luego en publicaciones serias también hay mucho snob destrozándola por el hecho de ser la típica superproducción que todo el mundo tiene que ver. Por supuesto, veré la segunda en cuanto pueda, jaja. Pero como se carguen a Smaug, no respondo. Y te gusta más Fili porque Kili es Quimi.

Ale: ya ves, lo que ha salido al final casi no tiene nada que ver con lo que se comentaba al principio del proyecto. Estoy viendo que lo de que se hace larga es una queja bastante extendida y que Vir lo clavó en el primer comentario. De todas formas, aunque te parezca larga, ya hay confirmada una versión extendida (con las mejores tomas de enanos cagando en el campo, supongo).

¡Gracias a todos por comentar!