Hijomoto

Hace aproximadamente mil años estaba yo viendo un programa de cine en La 2, ya bien entrada la noche, cuando de repente tomé contacto con uno de los iconos de mi adolescencia: Hijomoto.

Ya de entrada aclaro que mi relación con Hijomoto era extremadamente superficial. Después de esa noche, nunca más volví a saber nada de él. Tampoco es que le buscase, claro. Simplemente apareció, quedó grabado en mi memoria, y se fue para siempre. Pero en el escaso tiempo que pasé con él, se convirtió en un mito para mí, y no fueron pocas las veces que me acordé de él en los años siguientes, sacándolo a colación con resultados hilarantes. La sola mención de su nombre ya producía impacto.

Ahora sé que lo que yo vi aquella noche era un reportaje sobre un corto gore de serie Z: Hijomoto 2: El ataque de las hordas sodomitas, dirigido por Manuel Romo, cuyo argumento resumen así en Abandomoviez: «Hijomoto vuelve de su retiro para salvar a la ciudad de una invasión de yuppies trajeados». El héroe de esta saga épica, que en la primera parte se había enfrentado a zombies radioactivos mucho antes de que el género estuviera sobreexplotado, es un motero devoto católico y ultraviolento que va por ahí salvándonos a todos de forma sangrienta con su cazadora de cuero cubierta de estampitas de santos y en cuya espalda se lee «Cristo te ama». Casi nada.

Lo único que recuerdo del corto en sí es un momento en el que alguien, ante la llegada del protagonista, pregunta «¿Y este quién es?», a lo que el héroe responde con fuerza letal y mucha casquería, dando pie a la contestación de otro personaje: «Es Hijomoto. Ha venido para salvarnos». Como esto lo vi hace 14 años a las 2 de la madrugada es probable que ni la escena ni la frase fueran así, pero así es como quedó grabado en mi cerebro para siempre. Por desgracia, parece que Hijomoto 2 no está en internet, pero YouTube sí tiene el primer corto, Hijomoto vs zombies radioactivos, un auténtico engendro y un despropósito absolutamente imprescindible.

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