lunes, 25 de agosto de 2008

Agosto

Un día cualquiera de agosto. En la tele, Arguiñano.
- ¿No hay otra cosa?
- ¿Qué quieres ver?
- Los Juegos...
- ¡Si ahora no hay españoles...!
¡¡¡ME IMPORTA UNA MIERDA LO QUE HAGAN LOS ESPAÑOLES, YO LO QUE QUERÍA ERA VER LOS JUEGOS!!!

No lo entiendo. O mejor, sí lo entiendo, pero me parece una estupidez. Si te gusta un deporte, ¿qué más te da dónde hayan nacido los participantes? Y si no te gusta, ¿para qué lo ves? Para eso, ponte los resultados en el Teletexto y ahí te enteras de cuántas medallas te puedes apropiar ("Hemos ganado..."). Y que conste que no tengo nada en contra de los españoles; de hecho, algunos de mis mejores amigos tienen esa nacionalidad.

Pero allá cada uno. Para mí, lo mejor y lo más emocionante de los Juegos fue un partido de ping-pong, a las seis y media de la mañana, en la que un señor egipcio con 44 años y cara de velocidad, que responde al nombre de Adel Massaad, que vestía un pantaloncito muy corto semejante a unos calzoncillos de los abultados y que se pasó la mitad de su participación olímpica limpiando la mesa de sudor con una toalla o con la mano, según le diera, consiguió ponerse 3-2 después de perder los tres primeros juegos contra un español calvo. Sentía verdadera lástima cada vez que fallaba un golpe pensando que este pobre hombre se iba a volver a su casa sin ganar ni un juego, y algo parecido a la euforia cuando conseguía anotar y cuando empezó su remontada. Al final perdió, porque era bastante malo a pesar de su inmejorable aspecto, pero ahí quedó su gesta para la épica, a la altura de Phelps. Sólo podría haberla mejorado si, al acabar el partido, se hubiera dado de hostias con el calvo, lo que en efecto estuvo a punto de ocurrir porque el señor Massaad, que durante el partido había gritado cada punto de forma desafiante, no le quiso dar la mano a su rival. Y todo esto lo pude ver, únicamente, porque dio la casualidad de que el calvo era español. ¡Quién sabe cuántos momentos memorables me habré perdido!

3 comentarios:

Dani 🍋 Дани dijo...

Palabras muy sabias, estoy de acuerdo en todo. El deporte sería mucho más justo si no hubiera banderas de por medio.

Rober dijo...

No creo que me haga muy popular con estas opiniones así que está bien que alguien esté de acuerdo conmigo. ¡Gracias por comentar!

Erica Fustero dijo...

A mí también me encantan los "hemos ganado", "han perdido", ¡es genial!
Los sentimientos nacionalistas son un poco extraños. Vale, a mí me gusta mi país, pero ¿por qué ha de importarme un pito que un señor español nade más rápido que uno ruso?
Supongo que la mentalidad cerrada que triunfa en España tiene mucho que ver. Comprobar que somos mejores que los americanos, que los chinos o los que sean llena de orgullo a cualquiera. Si es que como la tortilla de patata no hay nada...
Pero bueno, sin estas cosas probablemente no existirían los JJOO :)