sábado, 29 de enero de 2011

El grupo más triste

En cierto sentido, porque en otro The Shaggs son justo lo contrario: el grupo más grande. Frank Zappa dijo de ellas que eran «mejores que los Beatles», aunque no está claro cuánto había bebido. Esta es la historia de un grupo que estaba predestinado, bastante literalmente, al éxito y a la inmortalidad.

Todo comenzó con la madre de un tipo llamado Austin Wiggin, por lo que parece pitonisa amateur, que al leerle las manos a su hijo le hizo tres predicciones bastante específicas: que se casaría con una mujer de pelo rubio rojizo, que tendría dos hijos varones a los que su mujer no llegaría a conocer y que sus hijas formarían un grupo musical de éxito. Cuando las dos primeras predicciones se cumplieron, Austin decidió echarle una mano al destino. Sacó a sus hijas Dot, Helen y Betty del instituto, les compró instrumentos de calidad comparable a la de la guitarra de Hannah Montana y las puso a aprender vía exprés, tocando mañana, tarde y noche. En 1968 las puso a dar conciertos semanales para que se fueran fogueando y en 1969 llegó a un acuerdo con un sospechoso empresario discográfico (que más tarde desaparecería con el dinero) por el que se las llevó a un estudio en Massachusetts para que grabaran su primer disco en un solo día.

El de la discográfica

Recapitulemos: tres chicas de entre 18 y 22 años, sin prácticamente ninguna formación, sin apenas experiencia ni práctica, iban a grabar un disco en un día con un timador porque a su padre le habían leído en las manos que lo iban a partir. Si estos no son los ingredientes de la grandeza musical, yo no sé cuáles son.

Otro ingrediente es la estética rompedora

Aquel día de grabación fue agotador, tanto física como mentalmente. The Shaggs no se veían preparadas para semejante empresa, opinión con la que coincidía el técnico de sonido, pero Austin quería grabarlas mientras aún estuvieran calientes (palabras textuales), así que persistieron hasta que al finalizar el proceso tenían un disco de 12 canciones originales, Philosophy of the World. Énfasis en lo de originales.

Ahora viene lo difícil: ¿cómo se puede describir su sonido? Lo primero que hay que decir es que The Shaggs no se parecen en nada a... bueno, a nada. Lo de no saber tocar tiene muchas desventajas, pero si tiene algo bueno es que estas chicas eran completamente libres de las convenciones de la música rock, de las melodías, armonías y acordes que nos son familiares y que conforman la práctica totalidad de la música popular de los últimos siglos. En Philosophy of the World, The Shaggs hacen lo que les da la real gana, hasta el punto de que, a primera vista, las canciones no tienen ninguna estructura. NINGUNA. Cada instrumento va a su bola, las melodías vocales están a lo suyo y nadie sabe tocar ni cantar. En fin, el caos. Se dice que, durante la grabación, de vez en cuando paraban de tocar porque decían que alguna se había equivocado y que había que empezar otra vez; el de sonido se quedaba anonadado, pues no podía ni siquiera imaginarse cómo mierdas sabían que se habían equivocado. ¿De verdad no improvisaban las canciones sobre la marcha?

Todo ese caos iba aderezado por voces infantiles, adorables y ligeramente inquietantes a la par que muy desafinadas, con letras sencillas, inocentes y, la verdad, bastante tontas. Innumerables críticos han alabado el disco, que tras pasar desapercibido en su momento acabó convirtiéndose en un éxito underground. Como ejemplo, una escritora de la revista Rolling Stone llegó a decir: «podría decir que Philosophy of the World es una obra de la genialidad americana primitiva, pero estoy demasiado ocupada partiéndome por el suelo». Y es que, si el arte debe provocar emociones, y si descojonarse es una emoción, entonces The Shaggs son como Miguel Ángel.

Voy a poner su tema estrella, My Pal Foot Foot, pero advierto de que nada volverá a ser lo mismo tras su escucha:



Cuando el de la discográfica se fue con el dinero, dejándoles sólo con 100 de los 1000 discos prometidos, parecía que el proyecto se torcía definitivamente, pero ellas siguieron adelante. Por desgracia, mientras grababan su segundo disco en 1975, su padre falleció de un infarto y decidieron separarse. Sin embargo, el destino les había prometido fama, y la obtendrían a partir de 1980, cuando alguien redescubrió y reeditó su disco, generando suficiente interés para que en 1982 se publicase el recopilatorio Shagg's Own Thing. Desde entonces, su leyenda como grupo de culto no se ha visto interrumpida.

Pero, ¿sabéis qué es lo más grande? Que, pasado el impacto inicial, cuando escuchas el disco con más atención y fijándote en los detalles, descubres... cosas. Estructuras coherentes. Toques personales y característicos. Temas. Motivos. Melodías recurrentes. Canciones. ¿Es posible... que The Shaggs tuvieran talento?

6 comentarios:

ren dijo...

xDDDDD Qué bueno el artículo, me encantan las pintas de las chicas estas en la carátula del disco... sólo por haberse hecho esa foto inmortal se merecen todo mi respeto.

Rober dijo...

Más respeto te van a merecer cuando veas la foto de su reunión en 1999: http://home.flash.net/~tomj/shaggs/bowery.JPG

AnonimAle dijo...

Pero si el de la bateria de la foto que has puesto es un tío!!!

Rober dijo...

Jaja, es que en la reunión la batería no estaba porque tenía depresión o algo así, lo explican en su página oficial (que me he documentado, ¿eh? Soy un profesional).

Virginia dijo...

una vez más, me deja ustez sin palabras, sr. Ochoa ...
después de oír la... bueno...lo que sea eso!! y de ver la foto (con el barbudo incluido) no puedo parar de reírme!!!!!
gran entrada, como de costumbre

Rober dijo...

Calla, que me voy a poner rojo...