miércoles, 25 de febrero de 2009

Karánsebes

En mis cálculos contaba con hablar del concierto de Teenage Bottlerocket, que se salió por todos los lados, pero como me olvidé de agenciarme una cámara de fotos y la crónica quedaría un poco sosa sin el complemento visual, en vez de eso voy a hablar de Historia. Porque mucha gente piensa que la Historia es aburrida, pero quizás no sepan nada sobre Karánsebes.

José II de Habsburgo (1741-1790) era un emperador feliz y más o menos competente, muy liberal él: introdujo la enseñanza primaria obligatoria, abolió la servidumbre y la pena de muerte, instauró una mayor libertad religiosa y redujo el poder de la Iglesia Católica. Un déspota ilustrado de manual, vamos. Lo que pasa es que una cosa es ser un tío majo en Austria, y otra muy distinta serlo con sus malvados vecinos, los turcos, así que en 1787 Austria y su aliada Rusia declarararon la guerra al Imperio Otomano. Y como a José le gustaban las emociones fuertes y por entonces no existían los videos de dos tías y una copa, decidió ponerse él mismo al mando del ejército austriaco.

Me molo a mí mismo

Desgraciadamente, dirigir un ejército no es fácil, y mucho menos aquel: los oficiales eran austriacos, pero los soldados eran húngaros, eslovacos, checos, croatas, polacos, rumanos, italianos... Por si el idioma no era suficiente problema, los distintos grupos étnicos no se tenían demasiado cariño entre sí. Las cosas no mejoraron nada cuando José se las arregló para que la mitad de su ejército cayera enfermo en campaña; quizás nadie le enseñó a Su Alteza el arte de cavar letrinas.

El 17 de septiembre de 1788, el ejército acampó cerca de Karánsebes, en la actual Rumanía, mientras los húsares que formaban la vanguardia cruzaba un río cercano para realizar tareas de reconocimiento. No encontraron turcos, pero sí a unos gitanos que les vendieron aguardiente en cantidades industriales, por lo que los húsares desmontaron y se corrieron una buena juerga. Ya de noche, parte de la infantería austriaca comenzó a cruzar el río, y los que vieron la fiesta que tenían montada los húsares les pidieron que compartieran, algo que no les hizo ninguna gracia a los jinetes, que iban ya bastante perjudicados. Hubo una discusión, los húsares tuvieron la feliz idea de levantar barricadas para proteger su aguardiente, en algún momento alguien pegó un tiro al aire y se montó la de dios: disparos, gritos, sablazos, lo normal un fin de semana cualquiera en Alcorcón, pero con mucha más gente involucrada. Al oír el ruido en medio de la oscuridad, algunos rumanos creyeron que se trataba de un ataque de los turcos, dieron la voz de alarma y se unieron a la refriega.

Húsares (sobrios)

Los húsares salieron huyendo, igual que buena parte de la infantería, aterrorizados por lo que debía parecerles un ataque casi sobrenatural de los turcos, a oscuras y por sorpresa. Se dice que algunos oficiales intentaron detener a sus soldados con gritos de «Halt!» (Hammerzeit? Uf, perdón), pero sus hombres no hablaban alemán y creyeron que decían «¡Alá!», con lo que corrieron todavía más rápido disparando a todo lo que se moviera, ya que cualquier cosa que se les apareciese en la noche tenía que ser un turco. Cuando los que huían pasaron por el campamento, a algún oficial de artillería se le ocurrió que era una carga de caballería turca, así que puso a su batería a disparar. El ejército principal, ante el caos que se había montado y el miedo al no poder ver al enemigo, salió por patas igual que sus compañeros de la vanguardia, disparando a todo lo que se les pusiese a tiro, que por supuesto eran otros soldados austriacos. Como buen ejército en desbandada, perdieron toda la disciplina y se dedicaron a saquear los pueblos de alrededor en su huida, ya se sabe, lo típico: violaciones, asesinatos, etc. Fue tal la confusión, que el bueno de José II acabó escondido en una granja con una pequeña escolta y hasta uno o dos días después no pudo ser rescatado.

Cuando los turcos llegaron a Karánsebes dos días después, no encontraron al enemigo, sólo 10.000 cadáveres.

Está claro que gran parte de esta historia es, como poco, exagerada, pero puede que sucediera de verdad, bueno, por qué no. En internet no hay mucho sobre el tema, Wikipedia y poco más; todo esto lo leí en El factor clave, de Erik Durschmied, aunque seguro que me he equivocado al recordar los detalles. Pero qué más da, lo importante es que la Historia mola.

PD: me encanta el cuadro informativo de la batalla en la Wikipedia inglesa:

4 comentarios:

Hanoc dijo...

FAIL!

:)

Me he reido mucho con el post, no tenia ni idea.

Un wargame de esa batalla seria algo realmente raro.

Stop Hammertime? WTF?

Yo queria ir a teenage bottlerocket (en BCN), queria mucho, pero una excursión laboral no remunerada me impedió ir, muerte al trabajo.

Rober dijo...

Epic Fail, desde luego!
Vuelvo a pedir disculpas por lo de MC Hammer. :\

Buf, si el de BCN fue la mitad de bueno que el de Madrid, te perdiste un conciertazo. Están muy bien en directo, enlazan todas las canciones y sólo paran un par de veces, es muy intenso y ridículamente divertido.

Arbe dijo...

JAJAJAJAJAJAJA, Alcorcón!!! Quiero ir, aunque antes me compraré una katana... Dioses, qué grandísimo post, cómo me he reído, sobre todo con el final!! Y sí, la historia mola, yo me acabo de pillar un libraco de 6 kilos sobre Rusia. No son tan divertidos como nosotros pero casi casi!!

pd: no vayas a mi blog que no he escrito nada aún, pero me he pasado por los demás a ver qué tal os iba ^_^

Rober dijo...

Ten cuidado, que las katanas las confiscan (ya ha pasado otras veces)! Me alegro de que te haya gustado el post.

Dios, si tienes que cargar con semejante tocho de 6 kilos no me extraña que no te quede sitio para el ron y tengamos que llevártelo!
(menos de un mes...)