lunes, 19 de enero de 2009

Með suð í eyrum...

Vengo observando últimamente, no sin cierta sorpresa, que no todo el mundo conoce a Sigur Rós. Se supone que son famosísimos, hasta el punto de que cualquier islandés tiene que estar ya quemado con que todo el mundo se los mencione, junto con Björk y los géiseres (aquí, como ya sabéis, somos más de las ballenas), pero esa fama no ha supuesto un obstáculo para oír comentarios como «esos qué cantan, ¿en inglés antiguo o qué?» (lo cual sería la hostia, todo hay que decirlo). Pues bien, como llevo un par de semanas bastante obsesionado con ellos, es el momento de hacerles justicia.

Sigur Rós son un grupo de post-rock, es decir, que son unos rarunos. Realmente, no sé qué otra cosa significa esa etiqueta: les encanta construir atmósferas extrañas y meter voces de falsetto, les gustan los crescendos más que nada en el mundo y la duración media de sus canciones es de dos horas, cuarenta y siete minutos. Han tenido los huevos de triunfar en todas partes cantando en islandés y en vonlenska (un «idioma» inventado por ellos mismos, sólo que no es un idioma propiamente dicho, sino simplemente secuencias de sonidos que quedan bien), con lo difícil que es que británicos, yanquis y otras hierbas presten atención a cualquier cosa que no esté en inglés, y si bien mis contactos islandeses me dicen que sus letras son un poco caca, me he aficionado a leerlas, a reconocer palabras sueltas y sobre todo a escucharlas, tras un curso intensivo wikipediesco de pronunciación:

Ég óska mér og loka nú augunum
(Sigur Rós - Inní mér syngur vitleysingur)
Ég como I e ich, óska como wish y wünschen, mér como me y mir, loka como lock y lochen, como now y nun, augunum como eye y Augen. Nada, cosas mías...

Sigur Rós nació en 1994 y en la actualidad está formado por el cantante Jónsi Birgisson, el bajista Georg Hólm, el teclista Kjarri Sveinsson y el batería Orri Dýrason, cada uno de los cuales toca unas cuantas docenas de instrumentos distintos en directo. Yo no los descubrí hasta Takk..., publicado en 2005, que me gustó, pero no me hice fan ni nada. Lo tenía como un disco para escuchar de vez en cuando, sin más, y no me hizo sentir ninguna necesidad de meterme de lleno en el asunto, aunque un tiempo después me hice con Ágætis byrjun, de 1999 y la historia se repitió. Sí, Sigur Rós estaban bien, pero no eran nada del otro mundo, a pesar de que su música a menudo buscara crear esa sensación. Me las ingenié para tener una canción favorita, Sæglópur, con su sonido épico, pero el grupo estaba condenado a languidecer en lo más profundo de mis listas de last.fm.

Y sin embargo, como en el fondo consideraba a Takk... un auténtico discazo, cuando supe que en junio de 2008 sacaron nuevo disco, Með suð í eyrum við spilum endalaust, me llamó la atención. Aun así, no me decidí a escucharlo hasta diciembre, ni Óðinn sabe por qué. Fue una grata sorpresa. Para empezar, Sigur Rós han decidido que las canciones ultracomplicadas de diez minutos están bien, pero que, después de cuatro discos, igual era momento de ir más allá. Así, las primeras canciones son como los Sigur Rós de siempre condensados en un formato más manejable y pasados por un filtro de sencillez que les hace sonar hasta poperos y felices a ratos. De alguna forma, se dejan de texturas y se centran en las canciones. Con esto no quiero decir que hayan hecho un disco de fácil consumo ni nada, simplemente es una evolución que ya iba siendo necesaria en su carrera y además da la sensación de que no han sacrificado nada esencial: Með suð í eyrum við spilum endalaust sigue lleno de falsettos, grandiosidad, épica y perroverdismo.

Las canciones que mejor ejemplifican todo esto son las primeras: Gobbledigook, Góðan daginn, Við spilum endalaust o uno de los singles, Inní mér syngur vitleysingur, una canción de las que te puedes poner para animarse un día cualquiera:



Otras canciones del disco son quizás más típicas de Sigur Rós, aunque la producción clara y sencilla se mantiene en todas ellas. No digo que sea mejor este estilo que el anterior, ni siquiera que me guste más, sólo que es el que me ha hecho prestarles más atención como grupo y meterme con ellos hasta las cachas. De todas formas, para que conste que no tengo preferencia o que incluso puede que prefiera Takk... antes que el nuevo, dejo el video de Glósóli, y que se os pongan los pelos de punta como a mí:



PD: espero que los caracteres especiales, las ð y las æ, no me jueguen una mala pasada.

3 comentarios:

mysterymoor dijo...

por dios, menos mal que no cantan en inglés antiguo! yo la verdad es que a este grupo no le he prestado demasiada atención...lo que he oído me ha gustado pero nunca me ha dado por escucharlos más en serio. Tendré que apuntarlo en mi lista de cosas que puedo hacer en vez de estudiar.

Arbe dijo...

Gobbledigook!!! Qué palabra tan graciosa y tan bonita! Podrías poner lo que significa cada cosa en vez de cómo se pronuncia! Aunque un blog es lo único que tenemos para hacer lo que nos dá la gana, así que te perdono. Como siempre, buena recomendación! O eso parece por lo que estoy escuchando ahora mismo...

AH! Y acabo de leer tu contestación en lo de Slam Dunk! No es que no pasen cosas en Niza, es que las que pasan son avergonzantes! (como yo metida en una fuente y tocándoles sus partes a las estatuas), y si mi blog es mangacentrista, el tuyo es GRUPOSRRAROSCENTRISTA!!!! ALA!

pd: Y QUITA YA ESO DE PONER LETRAS CUANDO SE COMENTA! ES UN FASTIDIO!!!
pd2: uys, ahi me he pasado... jajajaja

Rober dijo...

Andrea: ¿cómo que menos mal? No eres consciente de lo grande que sería. Parece que estás exactamente donde estaba yo hasta hace un par de meses, así que hay esperanzas.

Arbe: en realidad me he cortado un poco para no llenar esto de frases en islandés. El título del disco significaría algo así como "Con un zumbido en los oídos tocamos sin parar". O "jugamos", que es ambiguo. Si te acabas haciendo fan, avísame!

PD: jaja, no pasa nada, para enterarme de esas cosas avergonzantes puedo mirar las fotos. Y nuestros blogs molan tal y como son.