jueves, 27 de noviembre de 2008

BSO

Yo nunca he sido una persona de bandas sonoras, es decir, de escucharme la BSO de una película por sí misma como si se tratase de cualquier otro disco. De hecho, en toda mi vida sólo he escuchado tres: la de Parque Jurásico, la de El Rey León y la de Akira, si bien es cierto que las dos primeras las rayé de tanto escucharlas a todas horas por razones obvias. Yo siempre he sido más de apreciar la banda sonora en su hábitat natural, en la película, como parte de la escena en su conjunto, que para eso está, porque hay veces que una escena es memorable gracias en gran medida a una elección brillante de la banda sonora.

Por supuesto, todo esto viene a raíz de la sesión de cine del otro día en la que vimos Kill Bill vol. 2, porque si hay un talento que no se le puede negar a Tarantino es ese buen oído para la música. Por poner sólo un ejemplo, ¿qué sería del duelo entre O-ren Ishii y Beatrix Kiddo en la primera parte sin el flamenqueo disco fashion del Don't Let Me Be Misunderstood versión Santa Esmeralda?



Pero no es eso de lo que quería hablar. Cuando pienso en escenas PERFECTAS en las que la acción y la música se compenetran de tal manera que sólo te queda murmurar «Cabrones...» mientras te secas las lágrimas, sólo puedo pensar en esta:



Quizás no demuestre mucho nivel si digo que tal vez sean mis siete minutos favoritos de toda la historia del cine, muy por delante de lo de los trabajadores saliendo de la fábrica Lumière. Pero me da igual, porque esta escena (que imagino que todo el mundo reconocerá como la de Uncas y Alice en El último mohicano) es eso, PERFECTA.

PERFECTA.

4 comentarios:

mysterymoor dijo...

Yo sin la banda sonora de Grease no sería lo que soy. La de West Side Story también la he escuchado bastante. Y luego la de Amelie. Aparte de tooodas las de Disney y A Hard Day's Night. :D

Erica Fustero dijo...

Tarantino es bastante jefe con el tema de la música, de hecho la máquina de discos que sale en Death proof es suya, y las canciones las elige de su colección, el tipo es un melómano en toda regla.

Arbe dijo...

¿Por qué siempre lloro con tus posts? La banda sonora de El último Mohicano haría buena cualquier película. CUALQUIERA. Incluso Chicken Little! (pero mejor no pensemos en la combinación). No sé qué más decir, salvo que llevas toda la razón y que, además, cuando me pongo los 10 minutos y medio que dura el Dont let me be misunderstood, empiezo a hacer burradas y a bailar con una katana invisible! Viva el cine!!!

Rober dijo...

Andrea: oh, me olvidaba de Grease. También la escuché mucho, pero más porque la ponía mi hermana a todas horas que por elección personal. Y eso fue antes de darme cuenta de que el mensaje social de esa película es muy cuestionable (mola ser cínico).

Erica: lo que me sorprende es que todavía no se le haya ido la olla del todo por su propia genialidad. Tarantino tiene que morir viejo y gordo en una autocaravana.

Arbe: ¿lloras de verdad, o es una licencia poética? ¡En cualquier caso, es todo un halago! Por cierto, ahora si te imagino bailando esto con la katana invisible (o real; ¿por qué no?) no puedo evitar verte vestida de hortera, con lo que la combinación ya es mortal! (muy buenas las fotos)

Bueno, gracias a las tres por pasaros.