lunes, 23 de mayo de 2011

Habrá que hablar de política o qué

Con la ilusión que ha generado el movimiento Democracia Real Ya, es fácil desanimarse por los resultados de las elecciones autonómicas y municipales. La abstención ha sido poco más o menos la misma que en 2007, en Madrid incluso ha sido más alta, y mientras que el PSOE se ha hundido, el PP ha arrasado. Pero no hay que perder la perspectiva. La derecha siempre ha sido más fiel a sus partidos, mientras que con la izquierda, al estar más fragmentada, es más fácil que los votantes se decanten por otras alternativas. A corto plazo, analizándolo fríamente, estaba claro que el movimiento a quien más perjudicaba es al PSOE y, como no se va a acabar con el bipartidismo de la noche a la mañana, por lógica el beneficiado iba a ser el PP. Pero eso no significa que las protestas hayan sido un error o que hayan fracasado necesariamente: IU y UPyD han conseguido buenos resultados, lo que, al margen de las simpatías que cada uno pueda tener por esos partidos en concreto, es una buena noticia para los que no queremos un sistema bipartidista. Están a años luz del PPSOE, pero están creciendo.

Lo importante es tener claro que los efectos positivos de este movimiento llegarían, en todo caso, a largo plazo. Por eso, el movimiento debe continuar. El ritmo de la última semana es insostenible porque la gente se cansa (y las asambleas se corrompen), pero hay que seguir de otra forma. En mi opinión, las acampadas deberían quedarse en su sitio esta semana (si no los desalojan), para que no se acabe todo con la bajona que nos ha entrado, y luego disolverse para dar paso a concentraciones semanales (o de la máxima periodicidad que se vea sostenible) para seguir luchando por los puntos básicos: reforma de la ley electoral, lucha contra la corrupción, democracia participativa con más referéndums, etc. Pero incluso si esto fuera el fin de Democracia Real Ya, aun así habría valido la pena: hemos conseguido que se hable de verdadera política en la calle y durante la campaña, nos hemos movilizado cuando parecía que nadie iba a mover un dedo, y lo más importante, hemos creado un precedente. No está de más recordar que cosas como la «tradición revolucionaria» de Francia no se deben al clima o a la gastronomía girondina, sino a las movidas que han montado los franceses a lo largo de su historia. El poso queda ahí, pase lo que pase a partir de ahora.


De todas formas, toca reflexionar. El desgaste del PSOE había sido brutal de todas formas, así que decir que Democracia Real Ya ha contribuido de forma significativa a la debacle parece, cuanto menos, arriesgado. Probablemente sí haya conseguido que lo que en otras elecciones se habría convertido en voto al PP como castigo al PSOE haya derivado hacia otras opciones, pero poco más. Tenemos que aceptar que, aunque el movimiento haya atraído a gente de todo pelaje, no ha sido todo lo masivo que deseábamos. No éramos sólo jóvenes y no éramos sólo de izquierdas, pero sí que éramos la mayoría. No hemos sabido ganarnos a la mayor parte de la derecha, algo que es esencial si pretendemos conseguir algo, y en mi opinión ha sido porque no hemos sabido vendernos adecuadamente como movimiento no alineado políticamente, sino que hemos dejado (y, en el caso de las asambleas, facilitado) que se cree la percepción de que esto es algo de izquierdas. No es cuestión de comprometer nuestros ideales, porque las reformas básicas que llevaron a la mayor parte de la gente a la calle son perfectamente asumibles desde cualquier ideología. Teníamos muy poco tiempo antes de estas elecciones, pero ahora podemos trabajar con más calma y de forma más reflexiva hasta las próximas. Si alguien creyó en el cambio hasta esta mañana, no hay motivo para no creer en él esta noche, porque de momento se está cumpliendo el guión. Eso sí, cuando sigan las manifestaciones, que nadie deslegitime los resultados electorales. Hay que convencer a los peperos, no atacarlos porque todavía no vean las cosas como nosotros. Paciencia y a corregir los errores.

Que en un par de días se nos pasa la bajona a todos y lo veremos de otra forma, si no nos dejamos ir.

3 comentarios:

Virginia dijo...

yo voto por que seas líder de la revolución mundial

Anónimo dijo...

La moderación convence a más personas, mientras que la radicalización aleja a muchas más. La clave creo que está en que la gente que no simpatizaba con la acampada termine de entender que no se está proclamando la tercera república, sino una serie de medidas que, de aprobarse, beneficiarían al conjunto de la sociedad.
Muy buena entrada, por cierto.
Un saludo.

Rober dijo...

Vir: revolución mundial a base de inglés antiguo, manga y música punk. Programa de mínimos con el que todos estarán de acuerdo.

izsala: gracias por el comentario. Completamente de acuerdo con todo lo que dices.